martes, 3 de agosto de 2010

El tamaño SI que importa...



"Las orejas me duelen como locas" de tantas veces que he escuchado la misma conversación entre solteras y casadas. Esta discusión parece estar en boca de todo el mundo debido a la falta de "príncipes o al exceso de estrés".   Al parecer, la "mojigatería" que caracterizaba a la Generación C, quedó muy atrás junto con la besadera de sapos y el capítulo final de Candy Candy. Y en estos días, me dí cuenta en pleno salón de clases que no solo las chicas de mi generación nos preguntamos cosas como ésta; hay al parecer toda una gama de mujeres que de distintas edades tienen las mismas quejas, preocupaciones y sugerencias. Todo el mundo (o casi todo,  para no ser tan exagerada) parece pensar que el "tamaño si importa".

Soy consciente de que muchas de mis amigas suelen ser muy crueles cuando se trata de hablar de hombres.  (No puedo mentir con respecto a esto, porque intento ser seria para escribir un artículo serio).  Y si hablamos de mis amigos gays... la cosa se pone aún peor.  Todos juzgamos sin remedio y pasamos por los mismos momentos de angustia "a la hora de".  Antes nadie hablaba de estas cosas; la gente llamaba a programas de radio poniendo medias en el auricular de los teléfonos para que no se le reconociera la voz al aire y no pasaras "la vergüenza absoluta" de que todos se enteraran de que tú querías saber.  Ahora es la conversación diaria de la esquina, la universidad, el trabajo y entre desconocidas en el baño de un Mc Donalds.

Tengo un amigo muy querido (que no es gay),  que dice que "tiembla" (literalmente) cuando ve a más de 3 mujeres juntas sentadas en una mesa.  Su teoría reza claramente que "mujeres reunidas en grupos de más de 3 solo pueden estar hablando de algunos de estos temas":

1) Destrozando a otra mujer; criticándola de pies a cabeza y hablando mal de ella hasta por la cédula.
2) Destrozando a un hombre desconocido, pero presente en el lugar;criticándolo o tratando de adivinar si es gay o no.
3) Hablando mal del novio de "fulanita"; contando desde los secretos guardados hasta los inventados.
y 4) Hablando de sexo y buscando la manera de conseguir información sexual de las otras,  que más adelante se preste para un posible número 1).

Esto me hace recordar una vieja clase de interpretación consecutiva de inglés con un profesor de más o menos mi edad. Recuerdo que decía que  el intérprete exitoso es aquel que puede escuchar una conversación o un chisme mientras come, baila o habla al mismo tiempo con alguien más.  (No solo pasé la materia con Miguel sino que pongo en práctica sus consejos y ahora me dedico a compartirlos con mis amigas y amigos a través del blog) ¡Algo debo haber hecho bien. Den gracias por ello..!

¿Conocen algo sobre la Historia de la Moda?...  Apuesto a que muchas mujeres si.  De los hombres,  a menos que sean muy cultos (lo cual es improbable) gays ( lo cual es lo más probable) o la opción 3) profesionales de las áreas textiles o diseño (uno en un millón)...  NO CREO.  Pero les echaré el cuento igual para que se instruyan y para demostrar que mis amigas tienen razón cuando afirman categóricamente que "el tamaño si importa y a veces mucho".






Por allá en los tiempos Carolingios,  fue Carlomagno,  (quien era  "el papacito del momento"),   el culpable de empezar a preocuparnos por poner al descubierto y de la mejor manera posible "los regalos" que Dios nos había dado. Luego vino la época feudal, nacimiento y caída de la misma, y todo ese asunto de la época romana y gótica, que a menos que a usted le guste la historia, es un total fastidio. Sin embargo,  empiezo por aquí porque debo explicar algunos términos y para ello debo ubicarlos en el espacio-tiempo.

En la vestimenta medieval entre los siglos XII y XV, los pantalones se sustituyeron por calzas.  Las calzas no eran más que una "especie de medias pantys gruesas" de lana o de otra cosa, que se ajustaban con correas y que llegaban solo hasta el muslo.  De allí, y como la ropa interior no era popular ni conocida (sobre todo por mis amados franceses), el "paquete" quedaba guindando y al descubierto. Por supuesto,  la iglesia del momento se escandalizó.  Aunque los nobles eran parte de la iglesia y la iglesia de los nobles, tuvo que inventarse "algo" que al menos cubriera al "paquetico" con elegancia.  Allí nacieron las "braie", que luego serían llamadas braguetas.

Como saben, cae Constantinopla, descubren  América (supuestamente) y termina la Edad Media. Así empieza el Renacimiento y a los tipos se les pone dura "la competencia" entre tanto sabiondo, rico y erudito.  Por ende, decidieron que era hora de "jugar sucio" y "ponerse las pilas" buscando con algo más,  la atención de las féminas; (nadie quería seguir compitiendo a punta de intelecto). Y es aquí que empieza a ponerse bueno el cuento,  ya que la época enfatizó el amor por las cosas "bellas y enormes" y los nobles decidieron que era momento de enaltecer sus atributos y engañar a las pobres mujeres "incautas" (que cayeran en sus redes) con mentirosas braguetas gigantes que estimulaban cualquier imaginación.  Para prueba de ello, aquí les dejo una foto...


Lo que usted observa en la foto es al "precursor" del "Enaltecimiento del Paquetico". Por supuesto, en tiempos posteriores, el enaltecimiento se hizo aún más estilizado y largo.  (Es más, si consigo las fotos correctas, usted notará la diferencia, si no, usted tendrá que conformarse con mi palabra).  

Este señor que usted acaba de ver aquí, es el señor Carlos I de España en un autorretrato del año 1532. También pueden observar al perro que se queda estupefacto.  Pues bien, Carlos I decide que así se vestirá todo el mundo en la corte.  Y así se hace. (Quiero aclarar, por supuesto,  que esto no lo he inventado yo.    Cualquiera de ustedes, amigo lector o amiga lectora, puede consultar directamente en google).  Y para probarles esto, voy a enriquecerles el conocimiento y les voy a dejar una fotico más de otro Carlos, el Príncipe Carlos de Austria (1545) , quien fuera compinche del español antes mencionado.


Ya habiendo aclarado que esto no es un cuento ficticio y que el "miedo o la emoción del tamaño de un paquete" son culpa de la moda, de los "Renacentistas" que no tenían nada más que hacer y de los hombres que "hacen poco con lo que Dios les dio", prosigo con mi teoría y mis cuentos.

Es perfectamente justo  (y muchos dirán que no), que las mujeres sean tan crueles y brujas hablando de las extremidades de sus posibles prospectos.  A nosotras la sociedad nos juzga todos los días por ser "gordas, flacas, planas, destetadas,  barrigonas, chatas, enanas, viejas y usted pare de contar".  A nosotras se nos castiga por no poseer "las 2 poderosas razones soñadas" que los "papacitos" esperan y EXIGEN para relaciones saludables (si... ¡como no!), rumbas y por supuesto, para el altar.

Ustedes hombres no tienen ni la más mínima idea de lo que cuesta reunir 20 millones para conseguir el bendito cirujano que nos deje tetonas y bellas, la terrible recuperación,  el cambio drástico psicológico-afectivo y los reales anexos que después hay que "parir" para masajes especiales y el completo cambio de guardarropa. Y por si fuera poco, hay que agregarle a esto que nuestro cerebro debe acoplarse a las nuevas medidas ergonómicas de nosotras en sitios públicos,  como bancos y colas.  Nadie quiere tropezarse...



Así pues,  que las mujeres hablemos entre nosotras de nuestros temores, no debe ser nada "sacrílego" si se considera que hacemos nuestro mejor esfuerzo en sonreír cuando por fin,  después de varias salidas con el "sapo" que nos quita el sueño, nos damos cuenta de que el "paquete" era "chileno" y que ya no nos podemos devolver pa' la casa.  Y créanme que lo peor no es eso... ¡Hay que sumarle la mala técnica, y las ganas de salir corriendo en "medio de"..! (Esta vaina es demasiado pa' nosotras, sin duda alguna).

En el caso de las casadas, no nos deja más remedio esta situación que estar felices con el "paquete que escogimos" . (Créanme que ya no podemos devolverlo si nos salió deficiente o está vencido).   Y la pobre idiota que "se casó SIN VELO", pues se lo tiene bien merecido por "chaborra", como diría un querido amigo en su blog.



¿Qué podemos concluir de todo esto?... según una amiga que leyó mi blog hoy y que me dijo bajo grado 33 que jamás la mencionara,  el problema quizás  no es de tamaño sino de "el uso que se le da al tamaño y a otras cosas".  Que el problema de la fisionomía puede perfectamente compensarse si se mejora la técnica y se tiene la paciencia de hacer sentir a su "princesita" como Dios manda.

Amigo lector, TOME NOTA DE ESTA VAINA URGENTE POR SU PROPIO BIEN:   la "Toyota" no es una extensión de usted mismo aunque quiera creer que si.  La chequera ayuda, pero ahorita hay mucho "chaborro" con real por ahí. Tampoco es justo los engaños que usted pretende con medias "en la bragueta".  Ya no estamos en la corte de Carlos I, y evidentemente ya no somos parte de la iglesia de la Santa Inquisición.  Lo que mis amigas quieren... "es que se las juzgue menos y que ustedes lo utilicen mejor".

Y aquí los dejo con la reflexión de una amiga muy querida que nos decía en una ocasión a mi esposo y a mi  entre tequilas y tomar el sol en Morrocoy, que por codiciosa  y golosa se empató con "El papá de los paquetes de helado" y que luego de aquello, lo único que quería era publicarlo en internet... ¡PARA QUE NO FUERA TAN FLOJO!... (¡que horror!)










4 comentarios:

  1. ¡QUÉ RISA! De verdad que varias veces me provocó salir corriendo!!! Esas son las consecuencias de lo que llaman aquí en España el "destape"...

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  2. Pues sí, el pepino falso ese que se ponían en aquella época "te me viene siendo" algo como lo que sería en la actualidad carros de lujo, apartamentos en la playa, músculos grandes etc, para compensar la falta de... Porque vamos a estar claras, que más de un "pela bola" y/o mal aspecto hemos visto por ahí con tremendo "culito" al lado (y disculpen el coloquio de adolescente venezolano) y descosiendo la liga. Por algo será...

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  3. Lee esta entrada de mi blog, es algo similar al estilo de lo que escribes
    http://gracielamartin.blogspot.com/2008/06/el-virus-de-la-preez.html

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  4. Acabo de leer tu artículo y es un éxito total!, Grinchona. ¿Para qué coño nos quemamos tanto las pestañas cosiendo, hablando 2 y 3 idiomas si podemos triunfar con las "letras"?

    Debo reírme mucho, porque eso me hará más bella!

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