Les contaré que hace 20 años, internet, mails y blackberrys no existían. Había que rezar y esperar que Ipostel tuviera la "delicadeza" de no perder, romper o botar tus cartas escritas a mano. En el mejor de los casos y si querías parecer una chica o chico interesante y "ejecutivo", pues recurrías a la vieja máquina de escribir de cartuchos de cinta de "tus viejos".
Mónica siempre fue una persona muy especial en mi vida. Nos conocimos a través de un sitio en Miami o Atlanta que había para contactar amigos en otros idiomas o de otras nacionalidades. Yo siempre quise conocer gente que me contara las cosas que hacían en su país, pero no tenía la plata para viajar. Así que ésa era una gran idea. Lo cierto es que mandabas tu carta con todos tus datos, tus aficiones, lo que esperabas de la vida, metías 2 dólares y listo. Luego de unos meses, tu nombre era publicado en algún sitio que ni recuerdo y la gente te escogía. Era lo que los franceses llamarían "una carta de motivación" (Les célèbres lettres de motivation françaises).
Pues a mi me escogieron unos cuantos a quienes les escribí, pero yo la escogí a ella. Sus palabras sonaban como si las hubiera escrito yo. Era como si de repente, ella y yo éramos 2 caras de la misma moneda, pero que alguien había tirado en dos países distintos. Así que le escribí y ella respondió. Teníamos como 15 años. E ipostel era una completa mierda...(con el perdón de los lectores).
Comenzamos a conocernos. Siempre pensé que por la letra se conocía mucho a la gente. Su letra era preciosa y perfecta, como si ella escribiera con una maquinita. Mi letra es igual, y para los que la han visto, pues no pueden dejar de preguntarme ¿cómo lo haces?... pues no sé, como todo lo mío, no sé de donde viene. (Yo solo tengo fe y confío. Ésa es la historia de mi vida: LA FE).
Pues la fe y la certeza de que ella era genial no se me pasó, aunque Ipostel me dejaba esperando semanas por una carta. Yo esperaba pacientemente (¡mentira! IMPACIENTEMENTE) que ella escribiera. Teníamos una rutina de escribir 1 vez cada quince días o 1 vez al mes si estábamos full con las clases en el colegio. Así fueron pasando los meses y supe muchas cosas de ella. Cuando se graduara, iba a estudiar Arquitectura como yo siempre soñé. Cuando fuera arquitecto iba a construir casas hermosas, conservatorios de música espléndidos, bibliotecas públicas funcionales; (todo lo mismo que yo quería hacer). Descubrimos que yo cumplía años el 15 de octubre y ella el 18 del mismo mes. Nacimos el mismo año y "casi casi" a la misma hora. Yo a las 6 y 30 de la mañana, ella un poquito después. Eran muchas las casualidades. Pero mi amiga siempre sonaba melancólica en sus cartas. Y eso, me encantaba. Lo digo porque yo busco desesperadamente sonar así, con la medida exacta de nostalgia y melancolía. Porque una carta es eso, si no, sería una conversa cualquiera. Una carta debe poder expresar sentimientos y no ser solo palabras y párrafos. Una carta que escribas, debe sonar COMO TU.
Nos graduamos, y venían tiempos de universidad. Yo no podía pagar arquitectura aún, así que me busqué un trabajo, y comencé a planear con más cuidado mis metas y sueños. Ella entró en una de las mejores universidades de su país, y empezó con sus proyectos. Jamás dejamos de escribirnos. Ella salió en estado de un novio que tenía, que resultó ser todo un "sapo patán", y se armó el gran lío en casa. Lo cierto es que para ése entonces, yo estaba embarazada también. Nuestras hijas nacieron con 15 días de diferencia el mismo año. Nos mandábamos fotos, nos escribíamos, nos mandábamos tarjetas de cumpleaños y jamás fallamos un mes. Yo comencé con arquitectura por fin mucho tiempo después que ella (quizás un año), y luego tuve que dejarlo porque mi vida de casada no podía con tantas cosas. Pero ella se graduó, y el último año (si mal no recuerdo), conoció a su "sapo que se convertiría en príncipe".
Como cada vez que podíamos permitirnos el lujo conversábamos por teléfono, pues un día la llamé (después de recibir la hermosa tarjeta de invitación a la boda) y le pregunte: "¿estas enamorada de Alvaro?" y ella me dijo... "no igual de lo que lo estuve de José". ¡Zaz!, ahí supe que intentar llenar un hueco que ya tenía nombre, no era lo más indicado. Sin embargo, ya ella había pasado por mucho, y merecía que alguien la hiciera feliz. Alvaro es arquitecto y la adoraba. ¿Qué más se podía pedir?... ¿quién era yo para decirle que no se casara?...
Mónica tuvo la boda que quiso, los suegros que siempre soñó y el padre perfecto para su hija. El sapo de José, jamás apareció. (José vio a Michelle unas dos o tres veces en 2 años y luego se fue lejos a hacer su vida de soltero y galán). Mónica comenzó a trabajar y tuvo 2 niñas más: María Fernanda y Priscilla. Lo cómico es que su segunda hija y la mía, nacieron el mismo año con 1 ó 2 meses de diferencia también. Jamás ni por un segundo, nos pusimos de acuerdo. De hecho, su esposo quería un tercer hijo, y nació la "Prisci". Yo ni de vaina me meto de nuevo en la "dulce espera"... (al menos no por los momentos)
Lo que trato de contarles hoy aquí por si se preguntan qué es lo que intento argumentar, es que Mónica siempre (y digo SIEMPRE) vivía esperando algo que quizás no llegaría. Su vida iba detenida en la "esperadera". Ahora que leo su carta y han pasado 12 años, puedo entender algo que leí una vez para hacer una traducción que se titulaba SHOULDA, COULDA, WOULDA. Es cuando te la pasas viviendo en el tiempo condicional o subjuntivo que no son más que tiempos en los que o "te lamentas de lo que debiste, pudiste o quisiste hacer y NO HICISTE" o "cuentas los pollos antes de nacer", de hecho, la traducción exacta sería "debería, podría y habría" (por supuesto que nada es literal, se necesitan otras cosas para traducir en contexto).
Pues, su carta estaba llena de: " si hubiera peleado en casa por irme con José..." "si hubiera tomado más precauciones..." "si no hubiera tomado ese avión a Cochabamba"... , etc etc etc. Habían como unos 15 verbos o más que expresaban nostalgia extrema irrealizable. Y digo irrealizable porque ella sabía que José era un patán que jamás la quiso, (porque el que no quiere a sus hijos, pues no quiere a nadie). Ella sabía que no debía casarse con Alvaro si no estaba enamorada. Pero vivía esperando que vinieran los extraterrestres o quien se yo, y retrocedieran el tiempo para cambiar algunas cosas. Yo a diferencia de ella y aunque suene increíble, cuando hay algo de lo que me arrepiento, no quiero retroceder, QUIERO AVANZAR LO MÁS LEJOS POSIBLE.
A veces vamos por la vida como si de alguna manera no tuviéramos esperanza. Como si algo que pasó en el pasado nos dejó paralizados como esperando que la corriente nos lleve ella solita. Conozco a mucha gente que espera por cosas que estoy segura, no van a venir solas. Al deseo hay que ponerle acción y muchas veces trabajar duro para conseguirlo. Hay cosas que llegarán solitas a su vida querido amigo o querida amiga, porque soy de las que cree que si algo es para usted, vendrá con etiqueta y su nombre en ella. Pero hay otras cosas que debes salir a buscar. Muchas veces es "la salida a buscar" lo que hace interesante su vida. Como dirían los filósofos y budistas... "lo divertido de avanzar no es la meta, sino el camino para llegar a ella".
Así que piense mucho en esto de quedarse estancado pensando que aquello que queremos con tanta fuerza va a venir a tocarnos la puerta. Puede que así sea... ¿pero y si no sabe llegar o quizás llueve y el cielo se pone oscuro o se va la luz?...¿no es mejor salir a buscar lo que quieres y encontrarse a mitad de camino?...
Soy de las que piensa que la vida DEBE VIVIRSE. A mi me han pasado innumerables cosas que pudieron dejarme esperando detrás de la puerta. Sin embargo, fue mi decisión abrirla y asomarme a ver si el ascensor podía llevarme a otro lugar. Como también es mi decisión, ponerme mis tacones favoritos, alborotarme los pelos y pintarme los labios de rojo y salir "linda y preciosa" a montarme en el ascensor. El quedarme sentada en el "sofá de la vida" no va a devolverme a los que perdí y quise tanto. Tampoco va a permitir que los que perdí y quiero volver a tener, quieran sentarse conmigo "a hacer nada" en el sofá. Si se tuvo un amor imposible que no funcionó, pues recuérdelo con cariño y de gracias por haberse enamorado. Que si sus padres murieron y usted se siente solo muy frecuentemente... pues ame con más intensidad a los que quedan vivos. Que si usted no pudo estudiar lo que quiso, tener los hijos que quiso y con quien quiso, pues solo salga. Estoy segura de que si usted no lo tuvo, pues es posible que todavía exista lo que usted quiera por ahí, quizás no con la misma persona o en la misma universidad que usted soñó. PERO LO QUE USTED QUIERE, EXISTE EN EL 90% DE LOS CASOS... y le prometo algo amigo lector y créamelo... yo lo sé, porque lo vivo todos los días... y a veces, cuando soy muy afortunada y tengo mucha fe... PUES HASTA ME SALEN ALAS...
¡ATRÉVASE CARAJO... TOME ACCIÓN Y NO SEA NECIA!...
Si usted puede pensar en ello e imaginarlo... EXISTE... y si lo que usted quiere tiene precio...
LOS REALES ESTÁN EN LA CALLE... (¡mueva su trasero y salga a buscarlos!)
Ah por cierto!... Mónica y yo vamos a cumplir 20 años de amistad y nunca nos hemos abrazado. Yo mantengo la esperanza de que iré, la abrazaré y nos reiremos juntas de tanto que nos dijimos y de lo mucho que superamos juntas. Mónica te adoro... ¡amigas como tú... deben crearse en el cielo!...